Algunos consejos prácticos
1.- Escribir, escribir y escribir
Uno puede estudiar todo lo que quiera, asistir a tantos Cursos como desee, pero no hay mejor ejercicio para progresar que escribir. Nada puede sustituirlo. Sólo escribiendo podrás analizar tus virtudes y errores, sólo así podrás desentrañar tu estilo, sólo así aflorará lo mejor de vos.
2.- Temas (El concepto de la página vacía)
Enfrentarse a una página en blanco es un error, deberíamos tener ideas a punto de desarrollar. Aunque escribir es también costumbre y método, es bueno que nuestra mente esté siempre en movimiento, creando mientras caminamos, comemos, es decir mientras vivimos debemos engendrar en nuestro interior para después volcarlo al exterior. Para ello…
A/ Observar el mundo, todo es interesante, todo tiene una belleza intrínseca. Sólo debemos acostumbrarnos a tener una mente que lo capte.
B/ Todo lo cotidiano que nos rodea es susceptible de ser tomado por nosotros. Las personas, las situaciones, las palabras, los colores.
C/ Y finalmente recuerdar que no hay condiciones. Ser escritor significa ser libre y por lo tanto puede investigar, lucubrar, probar tanto como quiera, nuestro único limite es nuestra mente libre.
3.- Luchar contra el yo interior que no desea escribir
No te martirices pensando que sos el único al que le cuesta escribir. A todos (o a casi todos) nos cuesta. Para ello nada mejor que…
A.- Sistematizar el trabajo, es la mejor manera de avanzar en todos nuestros proyectos creativos. Así te acostumbrarás a unas rutinas que te ayudarán a escribir como quien conduce, casi sin pensar estarás escribiendo en tu computadora.
B.- Quedar con amigos para leer lo escrito. Es una manera de que exista una obligación y eso te ayudará a plantearte más seriamente la necesidad de escribir.
C.- Premiarse a sí mismo después de escribir. Es una manera magnífica de hacer las cosas. Escojé algo que te guste especialmente.
4.- Olvidarse de revisar constantemente
Ya tendrás tiempo para eso. Dejate llevar por la inspiración, será el momento de aprovechar todas esas horas de ejercicio que te proponía en el primer punto. Ahora serás capaz de poner el léxico, la prosodia, la semántica y la sintaxis en piloto automático. Revisar es interrumpir el proceso creativo. No te pongas a revisar sin más. Sólo hacelo cuando hayas concluido el capítulo o escena o ¡mejor! todo el texto, si sentís que todo bulle en tu cabeza, no abandones por nada ni por nadie. Podés leer las páginas anteriores cuando vas a iniciar una nueva sesión, en ese caso revisar las páginas anteriores puede ayudarte a preparar tu cuerpo y tu mente, justo colocarte con el ánimo adecuado para proseguir la narración. Abandoná simplemente la lectura / revisión en cuanto sientas de forma incontenible que la mente se te dispara y los dedos buscan el teclado con fruición. Es una sensación maravillosa.
5.- Construir el edificio por partes
No quieras empezar la obra sin más. Toda gran obra tiene detrás un trabajo importante, gestando los personajes, ligando tramas, preparando conflictos. Estudiá primero las escenas necesarias para desarrollar el argumento general. Algunos escritores parecen que simplemente se sientan y empiezan a escribir, en realidad tienen detrás mucha experiencia, tienen todo pensado en su cabeza y sólo deben pasarlo a papel (y desarrollarlo por supuesto). Lo mejor es preparar las escenas necesarias (lo que ocurre en cada una de ellas), tener definidos los personajes y los conflictos, es decir tener la estructura del edificio, sólo entonces podemos empezar realmente a escribir nuestra historia.
6.- No creer que somos unos genios ni unos desastres
Aunque también los hay, eso no va, desde luego, con nosotros, así que podemos y debemos trabajar para conseguir aquello que queremos. Necesitamos un poco de paciencia, perseverancia, un poco de gusto, pero todo eso lo podemos adquirir. Sólo hay una cosa que no la podemos sustituir, pero eso ya lo tenés, sino no estarías leyendo esto: ganas de escribir.
7.- No utilizar la escritura para ser más interesante a los ojos de la gente
La gente utiliza todo tipo de artimañas para llamar la atención de los demás, para sentirse importante. Sos libre de utilizar este método para ello, pero hay otros mucho más sencillos y tan buenos como éste, menos costosos y retorcidos. Pero si lo hacés por eso y luego resulta que sos un gran escritor ¡bienvenido sea!
8.- Detalles reales, nunca personajes reales
Parece una contradicción y lo es. Pero existe una respuesta. Los detalles no tienen personalidad propia, no tienen vida, en cambio las personas si, y pueden variar, alejándolo de su personaje y te encontrarás en un dilema, o podés no tenerlo a mano cuando lo necesites o te interese. Es más sencillo tomar detalles de aquí y de allí y construir sus propios personajes. En pocas páginas cobrarán vida propia en tu mente y estarán tan vivos como los que deambulan a tu alrededor.
9.- No decir que un personaje está triste ¡Mostralo!
Hay que dar alas a los lectores para que sean ellos los que imaginen qué está ocurriendo. Esa es una regla básica, nunca digas qué emociones tienen los personajes, mostralas a través del diálogo, de los gestos, de su comportamiento. Lo otro sería empobrecer el texto, acotar la imaginación del lector.
10.- Todos tenemos problemas, todos tenemos obsesiones, manías
Una buena manera de trabajar es conseguir que todo esto trabaje a nuestro favor y no al contrario. Sacar partido de todo aquello que te afecta y volcalo en forma de experiencia a tu obra. Seguro que la enriquecerá.
11.- No escribir la Opera Prima de nuestra vida en primer lugar
Nunca deberías de enfrentarte al papel (es una posición incómoda), sino tomarlo como un amigo en el que se vuelcan las confidencias. Sobre todo no debe tomarse como si uno fuera a escribir la octava maravilla del mundo. Todo llegará y ya habrá tiempo para enfrentarse a esa obsesión, aplicar el consejo 10 y dejar que por el momento eso te enriquezca y no se plantee nada muy largo, ni muy grande, ni muy importante. Sólo después de que hayas acabado, la hayas revisado valorala en su justa medida.
12.- Mantenerse en forma
Escribir es un ejercicio solitario, tomate algún tiempo para alimentar tu mente. Dale de comer (como a tu estómago). Verse con los amigos y charlar de tus obras y de las de ellos, asistir a tertulias, acudir a congresos, conferencias, reuniones. En definitiva enriquecerse como una forma más de mantener y acrecentar una mente despierta y creativa. No dejar que el mundo te venza. No olvidarse de seguir leyendo y sobre todo escribir, escribir, escribir…
13.- No querer correr
Escribir conlleva un enorme gasto de tiempo. El tiempo vuela cuando estamos escribiendo. El tiempo se convierte en nuestro bien más preciado y buscado. Una novela, como un buen vino, como un bonsái, necesita su tiempo para alcanzar su plenitud. No te precipites en acabar la novela, eso tan sólo la perjudicará.
Magníficos consejos de mi compañero Héctor!
Hola, gracias compañera. Espero que sean útiles estos consejos.