El hipocondríaco está obsesionado.
Se le mueve un pié, le tiembla la mano, se le gira un ojo.Saca ese hipocondríaco nervioso, difícil, cobarde,
que conoces y él te conoce.
Sácalo de tu cabeza, de tu cordura encorbada.La hipocondría fué diagnosticada,
por un médico hipocondríaco.
Entendía lo que dudaba
y dudaba de lo que ya era.Vuelve a escribir esta frase,
léela y parpadea.
Mueve luego tu silueta,
hacia el día que tu quieras.Relajar la vista, las nalgas.
Poema dadá El vuelo de la hipocondría, creado por Cristina Alejos
Dormir con los ojos cerrados.
Respirar por los dos nasales.
Parar.
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